El frío favorece que se multipliquen los casos de gripe o resfriado. Si tus compañeros de trabajo o tu familia están resfriados, es bastante sencillo que tú puedas ser la siguiente en contagiarte. Tos, dolor de cabeza o garganta, dolores musculares y malestar general son síntomas muy comunes pero, ¿qué debemos hacer cuando el virus se ha instalado en nuestro organismo y no nos podemos mover de la cama?
Tanto la gripe como el resfriado están causados por la infección de un virus. Pero el virus de la gripe produce síntomas más graves y requiere unos cuidados diferentes. Cuídate y presta atención a nuestros consejos para sobrellevar la gripe. Pero, antes, ficha estos consejos motivadores para llevar una vida sana.
1. ¿Gripe o resfriado?
El primer paso es aprender a diferenciar una gripe de un resfriado. Mientras que el resfriado es una infección de las vías respiratorias superiores, la gripe es una enfermedad grave que puede tener muchas complicaciones asociadas. Sabes que tienes gripe porque, además de la nariz congestionada y el dolor de garganta, tienes fiebre elevada, de más de 39º, te sientes cansada, y tienes dolores musculares, de cabeza y de pecho.
La gripe puede durar hasta dos semanas. Tiene un origen vírico que, además, van mutando cada año. Por eso la vacuna cambia en cada campaña.
2. Evita el contagio
Si hay un aspecto que caracteriza a la gripe es la facilidad que tiene para expandirse. Así, se contagia de una persona a otra a través de las secreciones nasales o las gotitas de saliva que todos expulsamos al toser, hablar o estornudar, pero también por el contacto con las manos de alguien con gripe, o incluso, indirectamente, tocando algún objeto que haya pasado antes por él. Por eso, si tienes gripe o resfriado, ¡evita toserte en las manos! Podrías contagiar a todo el que haya a tu alrededor.
Te sorprenderá saber que el virus de la gripe puede infectar hasta dos días después de haberse depositado en superficies como el plástico y el acero inoxidable. Y permanece vivo en ropa, papel y pañuelos desechables hasta 12 horas. En cuanto a las personas, pueden transmitir el virus cuando están incubando la enfermedad y hasta una semana después desde su aparición.
3. Olvídate de los antibióticos
Al no estar provocada por una bacteria, la gripe no se trata con antibióticos, a no ser que el médico te lo recomiende por una infección bacteriana extra. Por tanto, ¡cero antibióticos! Puedes tomar analgésicos para calmar el dolor y el malestar, y antipiréticos para bajar la fiebre, pero no mucho más.
4. Hidrátate
Existen muchos remedios caseros a los que puedes acudir para luchar contra la gripe, pero uno de los más populares es el “tómate un caldito” de nuestras abuelas. Resulta altamente hidratante y combate el exceso de mucosidad. Además, se recomienda el reposo, evitar el consumo de alcohol y tabaco y beber muchos líquidos para compensar los perdidos por la fiebre. En lugar de abrigarte con mantas y bufandas, optar por darte baño caliente. Además de relajarte, los vahos del vapor alivian los síntomas del resfriado.
5. Alíate con las plantas medicinales
Acompañando al caldo o solo, el ajo ha sido célebre en civilizaciones anteriores para combatir las infecciones. Eso sí, si decides tomarlo, ¡no le pidas luego a nadie que te haga mimos aunque estés malita y en cama! Además, dos plantas: la equinácea y el saúco cuentan con buena fama popular a la hora de combatir la gripe.
Y si eres una valiente de verdad, apunta este remedio: pon a cocer una cebolla morada en un poco de agua. Deja que hierva hasta que el agua tome el color morado. Cuela el líquido, ponle miel y bebe una cucharada 5 veces al día. ¿Te atreverías, o tal vez piensa que sería peor el remedio que la enfermedad? ¡Nosotras también! Por eso te proponemos otras alternativas saludables: 30 superalimentos que te llenarán de energía.