Como en toda la Provincia, cada Localidad festeja Semana Santa junto a los habitantes de su pueblo con representaciones religiosas, concursos de comidas y exposición de productos locales.
A unos 45km de la Ciudad de Salta se encuentra la Localidad de Chicoana, un pueblo con mucha historia entre sus habitantes que lo hacen «Un Lugar Mágico». Durante toda la semana se vienen realizando diferentes actividades en conmemoración a esta fecha de Celebración Religiosa.
Una de las actividades que da brillo a este lugar mágico, es el Paseo Cultural de Semana Santa, donde los feriantes del pueblo muestran y comercializan sus productos artesanales.
Son muchos los emprendedores locales que junto a sus familias trabajan durante mucho tiempo para mostrar sus productos, y en ellas existen varias historias que enorgullecen al pueblo con la calidad de habitantes que tiene.
Una de las historias encontradas en estas fiestas religiosas del pueblo es de la familia Ontiveros, que con su emprendimiento de talabartería en diferentes artículos sobre cuero, desarrollaron una empresa familiar y llevan sus productos a todos los lugares de la Provincia.
Don Hugo Ontiveros, junto a su esposa Luisa, y sus hijos son muy reconocidos por los trabajos que realizan, y en una entrevista exclusiva con Diario Ceibal Salta, nos cuenta que «La municipalidad nos invitó a integrarnos a la feria y cuando venimos por primera vez, creo que repercutimos bien con las cosas que hacemos…, las cosas de artesanías, talabartería, algunas cosas las hace mi hijo y es un emprendimiento familiar que estamos haciendo y la gente nos recibe bien».
Continuó diciendo «Lo que hacemos es remonte de montura y cincelado antiguo, recuperar la identidad de aquellos ancestros; grandes talabarteros que han pasado, que ya no están pero dejaron un sello importante como los dibujos y esto es un poco recuperar la historia, para que no se pierda la tradición, la cultura nuestra».
«Es un trabajo que lleva mucho tiempo y que va quedando para nuestros hijos, mi hijo mayor hace las billeteras, me ayuda mi señora, gisel que también colabora…, entre todos«. «Lo importante es venir a sumar al pueblo y al que nos visite darle una vista distinta, un colorido distinto».
Con una mirada llena de orgullo nos continúa diciendo que «Cuando estaba en el campo aprendí a trabajar el cuero crudo y después me fui al ejército y ahi descubri la docilidad del cuero ya procesado», «No tuve profesor que me guie, asi que lo que ven es pura cosa que sale del interior de mi corazón».
«Desde joven yo vine a Chicoana por Pulares, y mi mamá del corazón era una persona muy trabajadora que hacía quesos, quesillos y así a los 10 años conocí chicoana y veníamos con cargero y la gente que estaba en el rastrojo trabajando salia a comprarle los quesos y acá llegabamos sin nada, entonces comprábamos la mercadería y volvíamos al rancho ya casi en oración o a veces noche, llevando la mercadería desde el pueblo».
«La Historia de Chicoana, me acuerdo que sabíamos comprar la mercaderia en Don Roque que vivía al lado del correo a la vueltita, el hombre del correo era Don Pacho Gatica, andaba en caballo y el andaba en bicicleta y como era un pueblo tan chico y ahí lo conocía, y decía doña ermelinda ya tiene correspondencia le mandan los hijos de Buenos Aires, y cosas así que uno se acuerda desde chico; la primera maestra que tuve frente a la cancha, en la Escuela Luis Burela fue la Maestra Tumburú, ella tenía, me acuerdo una mueblería frente a la plaza y hasta segundo grado fui a la escuela y fui el mejor alumno del grado que después por esas cuestiones de la vida me fui al campo a estudiar».
Finalizó diciendo que «hoy en dia soy jubilado de la policía y me dedico a nuestro emprendimiento y la seguimos peleando como todos».
Historias de vida y trabajo que relatan los habitantes del pueblo de Chicoana, que seguramente por eso cada vez la hace más grande.